sábado, 22 de marzo de 2008

La VOLUNTAD y 3 y FIN

Los dos hechos anteriores eran personales, eran cercanos, y me parecieron interesantes; el tercer caso NO es personal y además NO es necesario que lo sea, pero resulta que de entre las VOLUNTADES las hay para SEGUIR viviendo, -si es práctico y además necesario y deseable-, y las tiene que haber para NO seguir viviendo en condiciones que NO sean dignas, pues al fin y al cabo ocupamos un cuerpo para DESARROLLAR equis labores, acciones, trabajos, desempeños, trascendencias, y si el cuerpo, que de nuevo al fin y al cabo es una herramienta, un instrumento y un medio, si se estropea, hay que tomar uno nuevo, puesto que como hay que contar con incompetentes “médicos” que se las saben todas y al final de verdad de la buena NO se saben ni una, pues TIRAMOS el cuerpo-instrumento estropeado y a reencarnar, que es un pequeño fastidio pues comenzamos de cero y todo eso, pero bueno, luego se retoma, generalmente, lo que se estaba haciendo en una solución sin continuidad; y eso si no se elige una transferencia psíquica que es mucho mejor.

El caso es que hemos conocido un par de casos que han sobresalido en la prensa y tal, uno más doloroso y otro, pues nada, una elección de lo más normal. Uno en Francia, país que parece la leche pero luego está tan retrasado como casi cualquier otro. El otro es Bélgica, donde de manera LEGAL, NATURAL y NORMAL uno dice que se quiere morir porque NO quiere soportar tal enfermedad y san se acabó.

El primer caso es el de la señora Chantal Sébire, de Francia, que tenía una enfermedad monstruosa, de dolor y de malformación de su rostro por esa enfermedad, que los médicos NO han sabido curarle pero que NO le proponían ninguna solución práctica; ella se quería morir, y le decían que no, que como mucho un coma inducido, pero ello NO resuelve el problema, porque las personas están VIVAS para HACER cosas, y, evidentemente, VIVIR, y con un coma inducido NO se vive, se vegeta, como mucho. Así pues, la señora Chantal y familia, unidos como una piña o como lo que sea, le dieron una muerte digna. Sí, está claro, habrá algún descerebrado monoteísta que dirá que es un crimen, un asesinato, o cuando menos un homicidio. PUES NO, es DIGNIDAD, es AMOR, es COMPRENSIÓN y la tan cacareada palabreja SOLIDARIDAD, es evidente que de estas cuatro palabras la iglesia y afines NO tienen ni repajolera idea de lo que es, y como da igual, que les zurzan, la señora Chantal ha salido victoriosa, ha cumplido SU VOLUNTAD, sin la ayuda de ningún dios falso, sin ningún dios demoniaco, malvado y lleno de odio. Sólo con la ayuda amable de Dioses de VERDAD, su familia y amigos.

El segundo caso es el del señor Claus, Hugo, más famoso, por lo visto, que la anterior señora, pues era artista en general, conocido sobre todo en Bélgica. Ha reencarnado, por decisión propia, tan solo a los 78 años, pero claro, no por cualquier cosa, sufría Alzheimer y el hombre dejó por escrito el día exacto en que quería morir, y los médicos de Bélgica, más civilizados, más razonables, o sin el más, sencillamente LÓGICOS y con DIGNIDAD y esa serie de cosas, se lo concedieron, como deben de conceder cualquier cosa sanitariamente hablando. Se trata de que la VOLUNTAD de una persona es INVIOLABLE, y en ello entra la VIDA, que si NO está viviendo con DIGNIDAD, lo lógico y razonable es que no siga viviendo, porque NO lo está haciendo en condiciones.

¿Será verdaderamente tan difícil de comprender? Si al final la persona se va a salir con la suya porque… ES SU VOLUNTAD, y si no puede la persona sola, siempre habrá alguien, alguien amable, amante y lleno de AMOR de verdad, que le ayude.

Aunque es ya del pasado y se ha hecho una excelente película y demás, el caso del gallego que llevaba ni se sabe el tiempo enclaustrado en una cama tras un accidente fatal, consiguió su más ferviente deseo, el de reencarnar GRACIAS a una persona que lo AMABA, porque ni la familia, ni amigos, ni personas cercanas, NADIE, a fin de cuentas, lo quería de verdad, lo AMABA, y entonces esa persona que sí lo quería a más no poder, le ayudó en algo tan normal como es REENCARNAR. ¿Puede haber un acto más bello y más digno?

Hasta más ver

Hectópolis

3 comentarios:

Soy la que soy dijo...

Ayudar a re-encarnar ... suena milagroso.

Solo el Amor entiende de estas cosas, y es lo que tu dices, miles de detractores y sus iglesias no entienden que VIDA y DIGNIDAD son sinónimos ...

Y no lo entienden en cuanto las iglesias están forradas de oro, y millones de humanos mueren de hambre.

Por mucho que alguien quiera explicarmelo no lo entenderé.

Es cuestión de voluntades, pero nadie quiere perder su bienestar.

Y después nos damos golpes de pecho en contra de la eutanasia.

Qué pena ... nunca me sale ¡¡qué asco¡¡¡ ...

Siento pena y compasión pues un simple acto bello de cada uno de nosotros, movilizaría a la masa a tomar conciencia.

¿Recuerdas aquellos de "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo"?

Pues eso ... Me gusta pensar que no es tarde.

Me ha encantado tu trilogía de las voluntades.

Gracias y un abrazo lunático.

isla_errante dijo...

si es duro ayudar a morir por que siempre somos un poco egoístas y no queremos separarnos de ell@s , pero si ya esta bien de hipocresías si un@ no quiere seguir quien puede decidir por ti tu muerte ,si tu decides tu vida.
besos

Hectópolis dijo...

Querida Soy la que Soy, gracias a tí. Y no mucho más que añadir, además la sincronicidad lo hace todo o casi todo, pues lo de la palanca lo comentábamos ayer o así con unos amigos; y está claro que si fuéramos en general, en conjunto, en una gestalt armoniosa, está claro que TODO sería de otra forma y YA estaríamos viviendo en otro mundo, el que es posible, que lo es, lo que pasa es que con idioteces de las que sabemos que hay y a toneladas, no se puede sentir en general, pero está. Besos.

Querida Isla, eso es, otro de los fallos y que entra en el desentenderse de un problema, el egoismo, y hay que dejarlo de lado, porque el otro SUFRE y entonces NO se puede ni se debe anteponer nuestro egoísmo por el del sufrimiento fatal de la otra persona. Imagino que se irá evolucionando. Besos y gracias.

Hectópolis